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lunes, 1 de septiembre de 2008

¿SUFRE EL SÍNDROME POSTVACACIONAL?

El recuerdo de varias semanas en la playa, descansando y tomando el sol, no resulta el mejor acompañante a la hora de volver al trabajo. En ocasiones la vuelta a la rutina laboral se acompaña de tristeza e irritabilidad. Cuando este estado se prolonga en exceso o se manifiesta de forma muy fuerte, los expertos hablan de síndrome postvacacional. El síndrome postvacacional no es una enfermedad, sino un estado de ánimo temporal tras un cambio de ocio a rutina, combinado con sensaciones de depresión, irritabilidad y ansiedad. No es una psicopatología, sino más bien un cambio dentro de los ciclos de ánimo normales. En caso de aparecer, el periodo normal de desarrollo suele fluctuar entre dos días y dos semanas.
SÍNTOMAS
-Fatiga
-Cansancio
-Insomnio
-Falta de apetito
-Sentimiento de tristeza
-Dificultad para concentrarse
- Irritabilidad
-Sudoración
-Náuseas
- Problemas estomacales
CAUSAS
Ambiente laboral y tipo de profesión: La responsabilidad del puesto o las malas relaciones con los compañeros de trabajo pueden generar este síndrome. Los profesionales que más lo padecen son médicos, periodistas, educadores y trabajadores sociales.
Mala planificación de las vacaciones: No es conveniente usar todo el mes de vacaciones en una sola tanda. Los expertos recomiendan dividirlo en pequeños períodos para “desconectar” varias veces al año. Está probado que dos períodos de quince días son más efectivos que un mes completo.
Trastornos psíquicos: Puede que esté descontento con su puesto de trabajo, frustrado o se sienta menospreciado o infravalorado. Incluso, puede que la readaptación al trabajo despierte problemas interiores que el período de ocio había dejado ocultos.
RECOMENDACIONES PARA SUPERARLO
Aclimatarse de forma pausada y ordenada: Intente no volver al trabajo al día siguiente de llegar de vacaciones. Un pequeño período de adaptación (dos o tres días) para reencontrarse con el barrio, el horario o el tiempo, suele ser el primer paso para evitar el síndrome.
Integrarse lo antes posible: La vuelta al trabajo debe suponer retomar las relaciones tal y como estaban antes de partir e incluso mejorarlas, si es posible. Por tanto, desde el primer día de trabajo es conveniente fomentar las relaciones con los compañeros de trabajo. Por supuesto, para hablar con los compañeros es mejor usar el tradicional cara a cara y no recurrir a fax, teléfono o Internet que nos aislarán del resto de la oficina.
Organizar una dieta equilibrada: Beba mucha agua y evite las comidas pesadas o basura. Reduzca el café, el tabaco y el alcohol, así como el sistema de comidas que llevaba durante el tiempo de ocio. Ha de adaptarse progresivamente a la rutina de trabajo.
Concéntrarse en los aspectos positivos: No piense sólo en lo bien que lo ha pasado en vacaciones o el mal tiempo que hace a su vuelta. Seguro que su trabajo tiene aspectos positivos; concéntrese en ellos y disfrútelos.
Usar técnicas de relajación: Puede que practicar disciplinas como el Yoga o la meditación, darse un buen masaje shiatsu, que le ayuden a superar el trauma de la vuelta al trabajo. Además, si posteriormente continua practicándolas mejorará su calidad de vida durante todo el año.
Consultar a su empresa: Cada vez más empresas ponen a disposición de sus empleados ayuda profesional para superar este síndrome. Tenga en cuenta que lo que a la empresa le interesa es que sus trabajadores rindan lo mejor posible. Un empleado desmotivado le cuesta más que contratar una pequeña ayuda terapéutica.
Si a pesar de todos estos consejos no consigue superar el síndrome postvacacional, el problema es otro. Si siente aversión a su trabajo, realmente puede que sufra otro síndrome: el del burn out o quemado con el trabajo; es decir, ya odiaba su trabajo antes de irse de vacaciones y este período ha sido un respiro. El problema, por tanto, puede que no esté en las vacaciones, sino en el propio trabajo.

NAMASTÉ.