La matanza de focas de Canadá se lleva las vidas de cientos de miles de vidas cada año. El 97% son crías de foca de entre 12 días y 3 meses, que reciben golpes y disparos básicamente para quitarles la piel, porque hay modistos que la utilizan en sus colecciones, y personas que la compran.
El Gobierno de Canadá y la industria de las focas, para justificarse, dicen que:
Hay muchas focas y se comen el bacalao
NO ES CIERTO. El informe del Dr. David M. Lavigne, de la International Marine Mammal Association (Canadá), hecho para el Ministerio de Pesca y Océanos en abril de 1999, lo desmiente.
Este dinero lo necesitan para vivir los cazadores.
NO ES CIERTO. Los cazadores de focas son pescadores comerciales de la costa Este de Canadá. Una media del 5% de sus ingresos anuales se deriva de la caza, y el resto del marisco: cangrejos, langosta y gambas.
Se matan de forma humanitaria.
NO ES CIERTO. Se matan a golpes en la cabeza y a tiros, y veterinarios independientes que han supervisado la caza, indican que el 42% de las focas examinadas no presentaban un daño craneal suficiente para garantizar que estuvieran inconscientes mientras las despellejaban.
Acabaremos con el modo de vida de los Inui.
NO ES CIERTO. No cuestionamos la caza de subsistencia de la comunidad Inui, porque por definición no implica una actividad comercial. Estamos contra la matanza de crías de foca a escala industrial en Canadá que llevan a cabo, casi por completo, pescadores, no nativos, de la costa Este canadiense.
De todos los argumentos que esgrime Canadá para justificar su masacre anual, el de los "métodos humanitarios" es el más delirante. En qué cabeza racional cabe suponer, ni de lejos, que aporrear cachorros de foca con un pico tenga algo de humanitario. La postura de Canadá es de una simple terquedad, como la de otros gobiernos que defienden sus propias masacres nacionales obstinadamente, y les ponen etiquetas y dineros públicos intentando salvar las vergüenzas. Hay políticos decididos a censurar estas barbaridades y a no colaborar con ellas, como los belgas y los británicos, y hay otros en cambio que prefieren posturas tibias y contemporizan diciendo que tienen que investigar, como si la prensa internacional independiente no hubiera aportado ya las pruebas sucifientes.
NAMASTÈ.
