AUN NO LOGRO CONOCERTE

Hace tanto que creo conocerte pero sin embargo la duda me invade, escurriño tus ojos y no logro entrar pues es impenetrable tu mirada.

Mujer parca en tus palabras de ojos grandes y hermosos cual
es tu secreto? que hay en tu corazon? que tan celosamente ocultas.

Tanto tiempo ha pasado que estoy intrigado por conocerte un poco mas profundo, pero aun no logro hacerlo.

Me abriste la puerta de tu isla en la cual he paseado muchas veces, hermosa es, lugar de paz y tranquilidad donde abunda la amistad.

Sin embargo la curiosidad se apodera de mi y pienso que algo me falta por descubrir no se si es una mera suposición, es lo que quisiera saber.
Pero eso esta vedado, tu mirada esta cerrada el porque no lo se, quizas algun dia me lo digas, amiga quiero ser tu ayuda, te lo mereces, si en algun momento confias en mi, dimelo.

Por el momento me conformo con saber que eres noble y los angeles te acompañan, seguire
visitando tu isla pues soy bien acogido, por eso esperare, para saber, lo que aun no se.

LAS TRIBUS DE LAS PRADERAS

En común con muchas tribus de Las Llanuras, los Lakota reconocían que todas las criaturas y plantas vivientes derivaban su vida del Sol.
Deseaban mucho tener un conocimiento más profundo de los animales, porque no sólo creían que habían aprendido sus formas de comportamiento de WakanTanka, el Gran Misterioso, sino también que todos ellos eran beneficiosos los unos para los otros.
La adquisición de algunos de sus poderes era posible por medio de un sueño o una visión en el que la criatura era adoptada como auxiliadora y una parte de ella se prolongaba en el hombre.
Los poderes del alce:
Entre los hombres jóvenes tenía una importancia especial soñar con un alce y adquirir su poder. En gran parte de la mitología de Las Llanuras se hace referencia a los muchos atributos deseables del alce, su belleza, su valentía, su ligereza y fuerza física.
Se creía también que el alce vivía en armonía con su entorno y que había recibido la bendición de una larga vida.
Sin embargo, por encima de todo estaba la gran influencia que ejercía sobre el sexo opuesto.
Se había observado que se situaba en lo alto de las colinas y hacía una llamada que atraía a las hembras. Ese poder intangible era muy deseado, y se usaba la chirimía (una clase de flauta) para imitar su llamada.
En todas las mitologías de los Sioux, los Pies Negros y los Ojibwa de Las Llanuras hay episodios sobre el logro del encanto con la chirimía, y además los Sioux hacían uso de una manta especial para cortejar que usualmente exponía las figuras pintadas de un alce, una araña y un remolino.
Filtros de amor Crow:
Entre los Crow se consideraba al alce dador de filtros de amor ante todo.
Ese poder medicinal no estaba confinado a un sexo y tanto los hombres como las mujeres buscaban atraer con él a la persona elegida.
Poder del búfalo:
Mientras el alce surge como símbolo del amor y la valentía, el búfalo se entrelaza con las ceremonias de una forma muy prominente en las leyendas de Las Llanuras.
Sus orígenes se explican en términos de emergencia, como en esta leyenda Omaha:
«Los búfalos estaban bajo tierra.
Un joven búfalo que estaba naciendo encontró el camino hacia la superficie... la manada lo siguió... Al caminar llegaron a un río.
El agua parecía poco profunda pero no era así.
Cuando el búfalo se tiró a ella, el agua se agitó y se puso gris.
La manada nadó del otro lado de la corriente donde... encontró buenos pastos y se quedó en la tierra.»
En la mayoría de las ceremonias complejas se reconocía al búfalo como el don dador de vida de los poderes más altos.
Las alegorías relacionadas con el excepcional búfalo blanco compendian la mitología de los animales reverenciados.
Los búfalos blancos eran especialmente rápidos y cautelosos y por esa razón, además de su rareza, eran difíciles de obtener.
Cuando mataban a uno de ellos, la flecha mortal se purificaba en el humo de una hierba especial, lo mismo que el cuchillo antes de quitarle la piel al animal; no se debía verter nada de sangre en dicha piel.
Sólo los hombres que habían soñado con animales podían comer su carne y sólo una mujer a la que se reconociera haber llevado una vida pura podía curtirla.
En una ceremonia anual de los Omaha se representaba al albino con la piel de un búfalo blanco pequeño que tenía los cuernos y pezuñas intactos.
Era uno de los objetos más reverenciados de la tribu y simbolizaba su supervivencia.


NAMASTÉ.