Estando un viejo Lakota fumando en su tipi, mientras meditaba sobre los problemas que acarreaban su tribu; comida, tierras robadas por los rostros pálidos, etc. entró en la tienda un joven de la tribu, no pasaba de los 17 años y le dijo:
- "Abuelo, me siento muy mal."
- "¿Qué te ocurre, hijo mío?". Preguntó el anciano.
- "Mi corazón palpita tan deprisa cómo si quisiera escapar de mi pecho, mi estómago no cesa de hacerme cosquillas a cada momento, mi mente no deja de pensar en una sola cosa de día y de noche. No puedo dejar de pensar en Llanura iluminada, la hija de Búfalo cansado ni un sólo instante. Cuando la veo, no ceso de sudar, me tiemblan las piernas como si fuese a una batalla y mi cuerpo entero suda. Hasta mi voz se vuelve temblorosa".
- "Entonces estás enfermo"; contestó el abuelo, ofreciendo su pipa al joven. "Ven,siéntate aquí a mi lado y fuma conmigo mientras meditamos sobre eso.".
El muchacho obedeció y estuvieron hablando, pensando y meditando sobre el tema y fumando de la pipa durante un buen rato.
-"¿Qué enfermedad tengo, abuelo". Preguntó el joven Lakota.
Tras una larga fumada de su pipa, el abuelo le contestó: "Amor, muchacho, padeces amor".
- "¿Es eso malo?".
- "No.", le dijo el anciano Lakota. "No es malo, si lo sabes administrar en su medida justa.".
- "¿Cómo lo hago?".
- "Muy fácil, escucha tu corazón, él te dirá lo que debes hacer en cada momento, hazle caso en todo lo que te diga, entonces, sólo entonces, podrás volar junto la chica con la que amas, porque saldrá de tu pecho y llegará al suyo para instalarse en él.
Leyenda anónima.